La Verdad Oculta en la Biblia: El Pastor que Arriesgó 65 Años de Prisión para Escapar del Escándalo de un Divorcio

La Doble Vida de un Pastor: El Escándalo que Sacudió una Comunidad y la Lucha de una Madre por la Justicia.

El 7 de abril de 2006, la tranquila comunidad bautista de Hewitt, Texas, se sumió en el shock ante una tragedia impensable. Matt Baker, un respetado pastor de 38 años, llamó al 911 con una voz que, aunque aparentemente calmada, informaba de un hallazgo escalofriante: su esposa, Kari Baker, yacía inmóvil en su cama. Sus labios azules, sus manos frías, la escena de una pérdida repentina. Matt y Kari eran los pilares de su comunidad, una pareja joven con dos hijas pequeñas, cuya vida, cimentada en la fe y el servicio, parecía un cuento de hadas. Pero la realidad tras el telón de esta vida perfecta estaba a punto de ser expuesta con una brutalidad que pocos podían concebir.

En la mesita de noche de Kari se encontró una carta mecanografiada y sin firmar, insinuando un deceso voluntario. Para el juez de paz Billy Martin y los investigadores locales, el caso parecía cerrado. No hubo autopsia, no hubo un examen exhaustivo, y en solo 48 horas, Kari fue sepultada. El funeral, un evento masivo, se celebró con una rapidez que desorientó a la familia, pero que el pastor Matt defendió como la mejor manera de abordar el duelo. La imagen pública era la de un hombre de Dios que, con la cabeza gacha, enfrentaba una tragedia inimaginable, aferrándose a su fe para criar a sus hijas en solitario. Matt se convirtió en un héroe mediático, un símbolo de entereza que apareció en televisión y en portadas de revistas.

Sin embargo, para Linda Dulin, la madre de Kari, el dolor venía acompañado de una punzada de sospecha. Algo no encajaba en la narrativa de Matt. Días antes del fallecimiento, Kari le había compartido su inquietud sobre una posible infidelidad de su esposo. Ahora, en medio del caos, la intuición de Linda gritaba que la verdad era mucho más oscura. Su mayor temor era que sus nietas estuvieran viviendo bajo el mismo techo que la persona responsable del acto ilícito.

Inconsistencias y una Búsqueda Implacable

Linda y su familia se embarcaron en su propia investigación, desenterrando una serie de inconsistencias que la policía había ignorado, confiando ciegamente en la presunción de inocencia de un predicador. Se encontraron con solo diez fotografías de la escena del suceso, una cantidad irrisoria para una pérdida inexplicable. La habitación parecía perfectamente ordenada, una pulcritud que, en lugar de calmar, levantaba la sospecha de que la escena había sido cuidadosamente “montada”.

El elemento más llamativo fue la carta. Kari, una profesora de tercer grado con una maestría y una reputación de atención al detalle, supuestamente había dejado una nota sin firma, mecanografiada y, de manera incongruente, plagada de faltas de ortografía y errores gramaticales. Este detalle, por sí solo, debió encender todas las alarmas.

A pesar de estas obvias señales, la policía no interrogó seriamente a Matt sino hasta casi dos meses después. En la entrevista, el pastor se mostró sereno, cooperativo e incluso superó una prueba de polígrafo. La policía se sintió validada en su evaluación inicial: un hombre de fe con una base ética incuestionable no podía ser sospechoso. El caso se cerró.

Pero Linda Dulin no se rindió. El punto de inflexión llegó al revisar la factura del plan telefónico familiar. El teléfono de Kari había sido utilizado cientos de veces después de su fallecimiento. Matt ofreció una explicación ensayada: lo había regalado a una feligresa que pasaba por un divorcio. Un acto de generosidad pastoral que, en el contexto, resultaba sumamente extraño. Este fue el primer indicio de una mujer que se convertiría en la pieza clave para la justicia.

Con el paso de las semanas, Matt comenzó a borrar metódicamente a Kari de sus vidas, eliminando sus fotografías de la casa y distanciando a las niñas de sus abuelos. Para Linda y su esposo Jim, esto fue el detonante para pasar a la acción. Presentaron una demanda por homicidio culposo contra Matt, una estrategia legal que les otorgó la autoridad para recopilar registros y realizar declaraciones.

La Biblia Habla y las Pruebas Digitales Confirman

El equipo legal de Linda, liderado por el ayudante del fiscal Bill Johnston y el ex-Ranger de Texas Matt Cawthon, comenzó a reconstruir el caso. El análisis forense del ordenador de Matt reveló una doble vida estremecedora: el pastor bautista, desde su oficina en la iglesia, alternaba búsquedas de sermones con contenido para adultos. Aún más revelador, un mes antes de la tragedia, Matt había buscado información sobre la ingesta excesiva de somníferos.

Pero el golpe de gracia, la voz innegable de la víctima, estaba oculta en el lugar más sagrado de todos: la Biblia de Kari. Cinco días antes de su deceso, ella había escrito en los márgenes un mensaje que funcionaba como una premonición y una acusación: “Señor, tengo tantas preocupaciones y no consigo dominarlas. Te pido que me protejas de todo mal. No estoy segura de lo que pasa con Matt, pero Señor, ayúdame a encontrar la paz con él”.

A pesar de estas pruebas circunstanciales, la conexión directa que pudiera garantizar una condena por un acto criminal era insuficiente para los fiscales. Matt, sintiéndose intocable, se mudó con sus hijas a otra ciudad y se embarcó en una arrogante gira mediática, llegando incluso a sentarse con ABC News. Se presentó como un viudo noble, utilizando la imagen de sus hijas y el recuerdo de la previa pérdida de su hija Kassidy años atrás para ganarse la simpatía nacional. Su negación: “De ninguna manera lastimaría a mi esposa. La amaba demasiado. Y no le hice daño a mi mujer”.

La Confesión de la Amante Revela la Oscuridad

En este punto crítico, Linda y su equipo sabían que necesitaban algo sólido: el testimonio de alguien que conociera la verdad. Ese alguien era Vanessa Bulls, la joven feligresa que había recibido el teléfono de Kari. Los registros telefónicos eran condenatorios: un contacto estrecho antes y después del fallecimiento de Kari.

En enero de 2010, cuatro años después del acto ilícito, Vanessa fue citada a testificar. Los fiscales le ofrecieron inmunidad a cambio de la verdad, y la sala se llenó de expectación. Frente a la familia Dulin y el propio Matt, Vanessa rompió su silencio y reveló la verdadera cara del pastor. Matt había pasado rápidamente de ser un consejero espiritual a un depredador, iniciando una relación inapropiada con ella un mes antes del fallecimiento de Kari.

La bomba final detonó cuando Vanessa reveló que Matt había estado planeando abiertamente la tragedia para evitar el escándalo del divorcio. “Supongo que en su mente, el divorcio era peor que cometer un acto ilícito”, testificó. El pastor le confesó que había conseguido medicamentos potentes para animales, vaciado su contenido y mezclado con somníferos. Él le dijo que, tras lograr que Kari se durmiera, le había ejercido presión con una almohada sobre el rostro para privarle de la respiración. Cuando ella dio una gran bocanada de aire, él repitió el acto, esta vez asegurándose de terminar con su vida.

El testimonio de Vanessa, corroborado por otras doce mujeres que valientemente compartieron historias sobre el comportamiento inapropiado de Matt a lo largo de los años, selló su destino. El hombre que se creía intocable se vio obligado a enfrentar las consecuencias.

Justicia y Legado

Durante la sentencia, Linda Dulin tuvo la oportunidad de confrontar al hombre que se llevó a su hija y que ni siquiera podía mirarla a los ojos. “Asesinaste a la madre de tus hijos. Pero las víctimas más trágicas, Matt, son Kensi y Grace. Esas dulces y tiernas niñas”, declaró. Afortunadamente, Linda y Jim Dulin obtuvieron la custodia completa de sus nietas, proporcionándoles un hogar de amor y apoyo.

El 21 de enero de 2010, Matt Baker fue condenado a 65 años de prisión. La perseverancia inquebrantable de una madre, impulsada por una pequeña nota escrita en el margen de una Biblia, había sacado a la luz la verdad. El legado de Kari Baker no es la tragedia que sufrió, sino la fuerza de su familia, que luchó incansablemente para asegurarse de que su persona responsable rindiera cuentas. Linda, al ver la luz de Kari en sus hijas, demostró que, aunque se haya ido, su espíritu jamás será olvidado.

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