La Venganza Helada del Citlaltépetl: El Guía, la Cuerda y el Macabro Escondite en el Volcán Más Alto de México

El Pico de Orizaba, también conocido por su majestuoso nombre náhuatl, Citlaltépetl (Montaña de la Estrella), es el coloso de México, la cumbre más alta del país con $5,636 \text{ m}$ de altitud. No es solo un espectáculo geográfico; es un gigante dormido donde el clima es inclemente, las grietas del glaciar Jamapa son traicioneras y el mal de altura acecha. Cada año, la montaña atrae a montañistas de todo el mundo y, lamentablemente, también cobra vidas, a menudo archivadas bajo el frío epitafio de “accidente de montaña”. La desaparición de Scott McCandless en el verano de 2005 fue una de ellas, un suceso que la policía del estado de Veracruz cerró rápidamente. Sin embargo, dos años más tarde, el volcán escupió una verdad tan oscura que transformó un caso de extravío en una crónica de asesinato, codicia y venganza.
La Promesa de la Cumbre y el Desencuentro a Gran Altitud
Scott McCandless, un próspero contratista de 41 años de Colorado, no era ajeno a la adrenalina del alpinismo, con cimas conquistadas en las Rocosas. El Citlaltépetl era su siguiente gran meta, y se preparó con la seriedad de un profesional. Buscando seguridad, contrató a Pemba Lac, un guía experimentado de 32 años originario de Nepal, que trabajaba para una agencia de Ciudad de México especializada en expediciones al Orizaba. Pemba poseía certificaciones internacionales y buenas referencias.
Tras acordar los detalles de la ruta sur, la logística y el pago de $8,000 por adelantado, la pareja inició la ascensión el 14 de junio de 2005. El plan era ascender gradualmente, montando campamentos a $4,000 \text{ m}$ y $4,800 \text{ m}$ para la aclimatación, un proceso vital en estas altitudes donde el aire enrarecido puede matar en horas.
Los primeros días fueron según lo planeado, con comunicaciones diarias con el campamento base informando de su ubicación y estado. Scott se sentía bien. Sin embargo, cerca del 20 de junio, la atmósfera se enrareció más rápido que el aire de la montaña. El viento se intensificó y, peor aún, la avaricia de Pemba Lac se manifestó.
La última entrada en el diario de Scott, el 21 de junio, documenta el conflicto: Pemba exigía $5,000 adicionales en efectivo, amenazando con abandonarlo. Scott escribió que la demanda era “absurda” dado que ya había pagado la totalidad del contrato. Ese mismo día, la voz de Scott se grabó por radio en el campamento base, quejándose del problema y la amenaza. El operador le aconsejó descender, pero Scott dijo que intentaría arreglar las cosas. Fue su último contacto con el mundo exterior.
Una Búsqueda Estéril y el Expediente Archivado
El 22 de junio, Pemba Lac regresó solo. Su historia fue que Scott salió de la tienda por la noche para sus necesidades fisiológicas y no regresó. Sugirió una caída fatal en una grieta. El campamento base alertó inmediatamente a los servicios de rescate del Parque Nacional.
Se organizó una operación de búsqueda exhaustiva por tierra, ya que el mal tiempo impedía el uso de helicópteros. Los rescatistas interrogaron a Pemba, quien se mostró agotado, repitiendo su versión. Cuando le preguntaron sobre la disputa económica, la minimizó como un “malentendido” sobre posibles servicios extra. No había huellas, ni restos de equipo, ni señales de lucha. El clima se deterioró hasta el punto de hacer la búsqueda crítica y, días después, la operación fue evacuada.
Tras una segunda búsqueda infructuosa en julio, el caso se remitió a la Fiscalía del estado de Veracruz. Los detectives revisaron el contrato (que permitía costos extra por cambios de ruta, algo que Scott negaba haber solicitado), el diario de Scott y las grabaciones de radio. La queja de Scott era una fuerte sospecha, pero sin un cuerpo o evidencia directa, el caso carecía de fundamento para un cargo criminal. En agosto de 2005, la conclusión oficial fue “muerte presumiblemente accidental al caer en una grieta del glaciar”.
La esposa de Scott, convencida de que su marido no se había desvanecido por accidente, contrató a un detective privado. Este descubrió las deudas de Pemba Lac ($15,000), un posible móvil, y quejas previas de otros clientes sobre su agresividad. Pero de nuevo, no había pruebas de asesinato. El caso quedó en un cajón. Pemba, oficialmente limpio, continuó su vida como guía, llevando a otros clientes a la cumbre del Citlaltépetl.
La Verdad Emerge del Hielo: El Hallazgo de 2007
La verdad tenía que esperar a que otro grupo, y la casualidad, la desenterraran.
En julio de 2007, un equipo de espeleólogos profesionales, expertos en la exploración de cuevas de hielo dentro de glaciares, llegó al Orizaba. Su objetivo era una cavidad vertical rara en el glaciar Jamapa, a una altitud de $4,900 \text{ m}$. El 23 de julio, encontraron una pequeña entrada.
Al descender a la gran cavidad de hielo azul, una linterna dirigida hacia la pared más lejana reveló una visión de pesadilla. Colgado boca abajo, completamente congelado y cubierto por una capa protectora de hielo, estaba un cuerpo humano. Sus tobillos estaban firmemente atados con una cuerda de alpinismo a ganchos de hielo clavados en la pared.
El equipo contactó de inmediato a las autoridades. El médico forense y los detectives que llegaron al día siguiente no tuvieron dudas: esto no fue un accidente. La persona había sido colgada deliberadamente. La revisión de la mochila, aún en la espalda del cuerpo momificado, reveló los documentos: era Scott McCandless, desaparecido hacía dos años.
El forense se fijó en detalles cruciales: la forma en que estaba colgado (boca abajo) y la capa de hielo irregular. El asesino no solo lo había colgado, sino que lo había rociado con agua o nieve derretida en el clima gélido para que el cuerpo se congelara rápidamente en la pared, fusionándose con el glaciar y asegurando que nunca fuera descubierto. Fue un acto de premeditación y crueldad calculada.
La Ciencia Forense Rompe el Silencio del Volcán
La tarea de recuperar el cuerpo fue ardua. Utilizando herramientas térmicas especiales para derretir el hielo sin dañar la evidencia, el equipo tardó dos días en bajar el cadáver.
La autopsia realizada por el Dr. Chen, médico forense jefe, fue el golpe de gracia para la versión del accidente. Se encontró una fractura en la parte posterior del cráneo de Scott, causada por un objeto contundente, consistente con un piolet o una roca. No murió al instante; la hipotermia aceleró el fin. Las abrasiones y uñas rotas en las manos sugerían que Scott pudo haber estado vivo e intentando escapar de su macabro calvario. La causa de la muerte fue declarada: asesinato.
Paralelamente, la investigación de las pruebas materiales fue implacable:
La Cuerda con Sello: La cuerda que sujetaba los tobillos tenía un número de lote. Los detectives rastrearon ese lote hasta un distribuidor en la Ciudad de México y luego a la agencia “Mexico Summit Guides” (agencia ficticia reemplazando a Alaska Summit Guides), la cual confirmó que Pemba Lac había recibido cuerdas de ese lote semanas antes de la ascensión de Scott.
El ADN Incriminatorio: El análisis de ADN en la cuerda y en un mosquetón encontrado en la cueva reveló, además del de Scott, el perfil genético de una segunda persona. Una orden judicial permitió obtener una muestra de Pemba Lac. La coincidencia fue absoluta.
Sangre en el Equipo: Durante el registro del apartamento de Pemba, los detectives incautaron su equipo. Un arnés de escalada tenía manchas viejas y oscuras. El análisis de ADN confirmó que era sangre de Scott McCandless.
Con un motivo (la codicia y las deudas de $15,000), una oportunidad (estar solo con Scott en la montaña) y pruebas irrefutables (ADN en la escena del crimen y la sangre de la víctima en su equipo), Pemba Lac fue arrestado el 2 de agosto de 2007.
Veredicto y Consecuencias en el Montañismo Mexicano
En el juicio de marzo de 2008, el fiscal presentó el argumento de que Pemba Lac, probablemente impulsado por el rencor y la frustración ante lo que él veía como un “cliente rico y condescendiente” sumado a sus necesidades económicas, perdió el control. El conflicto por los $5,000 fue el detonante para un golpe en la cabeza, seguido por el acto frío y calculado de arrastrar el cuerpo y colgarlo boca abajo en el escondite helado.
A pesar de las negaciones obstinadas de Pemba y los intentos de su abogado por desacreditar las pruebas (alegando que el ADN podría ser un “montaje” o la sangre el resultado de un “corte en el trabajo”), el jurado, tras dos días de deliberación, lo declaró culpable de asesinato premeditado en primer grado.
Pemba Lac fue sentenciado a 25 años de prisión y a pagar una indemnización de $500,000 a la familia de Scott.
El caso McCandless tuvo un impacto inmediato en el montañismo mexicano. Las empresas de guías se vieron obligadas a implementar verificaciones de antecedentes más rigurosas para sus guías, incluyendo la revisión de su historial crediticio y referencias. La comunicación obligatoria y los protocolos de emergencia fueron reforzados, buscando garantizar que ningún cliente se encuentre de nuevo a merced de la avaricia o el resentimiento de su guía en la soledad helada del Citlaltépetl. El volcán, que había sido testigo silencioso del crimen, finalmente vio la justicia.