El oscuro secreto de Disneyland: las gemelas desaparecidas, Room Zero y el hombre detrás de la máscara de Mickey

En la memoria colectiva, Disneyland siempre ha sido sinónimo de magia, alegría y la promesa de vivir “el lugar más feliz del mundo”. Pero detrás de esa fachada luminosa se esconde una de las historias más escalofriantes jamás ocurridas en un parque temático. Una historia que comienza con sonrisas infantiles y termina con túneles olvidados, restos humanos y un secreto que Disney jamás quiso reconocer.

El día que la magia se convirtió en pesadilla

El 15 de julio de 1985, la familia Jiao visitó Disneyland California para celebrar el cumpleaños número 12 de las gemelas Xiaomé y Xiaolan. La madre, Ming Jiao, había emigrado a Estados Unidos tras la muerte de su esposo y trabajaba día y noche para darle a sus hijas un recuerdo inolvidable.

Ese día, vestidas idénticas con camisetas rosadas, overoles de mezclilla y listones amarillos en el cabello, las niñas desbordaban felicidad. Todo parecía perfecto, hasta que en Tomorrowland se encontraron con Mickey Mouse.

La madre tomó tres fotos: las gemelas abrazando al personaje, sonriendo como si la magia fuera eterna. Fue la última vez que las vería. Al regresar de un baño cercano, Ming encontró el espacio vacío: ni Mickey, ni sus hijas. Desaparecieron sin un grito ni una despedida.

Una investigación que paralizó a Disneyland

El parque reaccionó de inmediato. Se detuvieron atracciones, se cerraron accesos y la seguridad rastreó cada rincón. Testigos afirmaron haber visto a las niñas seguir al Mickey hacia una zona cercana a Space Mountain, pero ningún video de seguridad mostró su salida.

Lo más perturbador fue que el actor asignado al disfraz de Mickey ese día nunca abandonó su puesto. El “Mickey” que posó en la foto no coincidía con ninguno de los empleados. Su traje tenía costuras irregulares y guantes distintos a los oficiales. Alguien había logrado infiltrarse con un disfraz falso.

La policía de Anaheim y luego el FBI investigaron sin descanso. Se revisaron registros de empleados, alquiler de trajes y decenas de testimonios. Nada. El misterioso Mickey jamás fue identificado. El caso se enfrió y quedó en la memoria como “Las gemelas de Disneyland”.

El hallazgo bajo el parque

Durante casi tres décadas, la madre nunca perdió la esperanza. Cada año regresaba a la entrada del parque, dejando dos cintas amarillas como símbolo de espera. Y entonces, en 2013, todo cambió.

Trabajadores que remodelaban Tomorrowland descubrieron un drenaje sellado desde los años 80. Dentro había un hallazgo macabro: una cabeza humana en avanzado estado de momificación, encerrada en una máscara de Mickey Mouse. Los forenses confirmaron que pertenecía a David Kramer, un ex empleado desaparecido misteriosamente en 1981.

Si Kramer estaba muerto desde años antes, ¿quién fue entonces el Mickey que las niñas siguieron en 1985?

La habitación secreta

El caso se reabrió bajo la detective Carmen Rivera. Poco después, llegó una carta anónima que hablaba de un lugar olvidado: “El sótano de utilería, puerta 3C”. Tras abrir el acceso sellado bajo Adventureland, encontraron un cuarto lleno de disfraces viejos. Entre ellos, un traje oscuro de Mickey, con restos humanos en su interior.

Los análisis confirmaron que correspondían a Xiaolan. La tragedia de las gemelas ya no era un misterio sin pruebas: al menos una de ellas había terminado dentro de un disfraz.

Semanas después, otra pista condujo a un espacio aún más siniestro: “Room Zero”. Bajo un túnel abandonado, la policía halló una sala sellada, con paredes adornadas con dibujos infantiles, una mesa metálica y una lista de nombres tachados. Entre ellos, los de Xiaolan y Xiaomé. En el lugar había ropa de niños, zapatos y grabaciones distorsionadas de canciones de Disney.

En una caja, envuelta en una camiseta vieja de Space Mountain, se encontraron restos de Xiaomé.

El hombre detrás de la máscara

El horror no terminó ahí. La investigación llevó hasta Walter Hines, un exempleado de mantenimiento de Disneyland. Arrestado por otro delito, confesó detalles incoherentes sobre túneles y disfraces. En su casa, la policía encontró un sótano oculto con polaroids de niños, partes de trajes y un diario donde describía su obsesión con “Room Zero”.

“Las gemelas eran perfectas. Sonrieron. Confiaron en mí. Room Zero guarda los secretos”, escribió el 16 de julio de 1985.

Hines había usado los túneles y habitaciones olvidadas como su propio “reino”. Había vigilado a los niños desde salas de espejos unidireccionales escondidas en las atracciones. Las gemelas no fueron las primeras, pero sí las que destaparon la verdad.

El final de una espera

Tras 28 años de incertidumbre, Ming Jiao pudo enterrar a sus hijas en 2014. Dos años después falleció, llevándose consigo el dolor de toda una vida de preguntas sin respuesta.

Disney nunca reconoció oficialmente la existencia de Room Zero ni de los túneles ocultos. El caso quedó cerrado, pero hasta hoy circulan rumores entre empleados sobre figuras disfrazadas que aparecen en zonas restringidas, sombras que las cámaras nunca captan y pasillos sellados que aún guardan secretos.

La sombra bajo la fantasía

La desaparición de las gemelas Jiao sigue siendo uno de los casos más perturbadores relacionados con Disneyland. Más allá de las teorías, las pruebas halladas bajo el parque revelaron una verdad innegable: la magia puede ocultar horrores, y a veces, las sonrisas más brillantes esconden los secretos más oscuros.

La pregunta que aún queda en el aire es inquietante: ¿Walter Hines actuó solo, o aún queda algo —o alguien— acechando en los túneles olvidados del “lugar más feliz del mundo”?

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